De paseo por Australia, Francia y Argentina

Cine de Francia

Los Hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo su proyección de L'Arrivée d'un train en gare de La Ciotat (La llegada de un tren a la estación de La Ciotat) en París en 1895 es considerada por muchos historiadores como el nacimiento oficial del cine. Durante los siguientes años, los directores de cine de todo el mundo comenzaron a experimentar con este nuevo medio.

La cinematografía mundial comenzó con la grabación de La Llegada de un Tren a La Cioat, un corto de 50 segundos realizado por los hermanos Lumiere.

Pero no fue hasta la llegada del director Georges Meilés a la escena que las primeras películas con historias de contenido y ficción comenzaron a producirse. Entre sus obras cumbres está Un viaje a la Luna, un corto de 1902 considerado como la primera película de ciencia ficción de la historia.

Desafortunadamente la Primera Guerra Mundial tuvo consecuencias también en la industria de cine francés. Para evitar la caída total del cine nacional, las autoridades francesas establecieron una ley en la que por cada siete filmes extranjeros, uno francés tenía que ser presentado en las salas nacionales. Esto permitió que cineastas como Jaques Feyder se convirtieran en pioneros del realismo poético y el impresionismo en el cine francés, corriente que siguieron otros directores como Jean Vigo con filmes como La Atlántida.

Para la Segunda Guerra Mundial, la industria fílmica francesa no estaba recuperada del todo, y con la invasión nazi se hizo más difícil la libre realización. Sin embargo, aún queda la obra de Marcel Carné: Los Hijos del Paraíso.

Los años siguientes marcaron una nueva era en el cine francés. Para los 80 el movimiento del Cine de Estilo tomó las riendas de la industria en el país. En los 90, recuperó parte de su originalidad perdida. Con películas como Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos y Amelie Poulain, el director Jean Pierre Jeunet fue el abanderado de un estilo único. En él combinó una fotografía innovadora parecida a las imágenes de los comics, y mezcló con perfección la comedia y el drama. 

En los últimos años, el cine francés ha continuado cosechando los éxitos llevando a artistas como Marion Cotillard a ganar el Óscar y el BAFTA como mejor actriz por su interpretación de Edith Piaf en La Vida en Rosa. También en 2008 el filme La Clase, se convirtió en la primer película en ganar una Palma de Oro en Cannes después de 21 años.


Cine de Australia

La historia del cine australiano comienza reseñando la prehistoria -desconocida por completo- del mudo, sigue con el clásico, inesperadamente exiguo y de ribetes britanófilos –que incluye producciones de la Ealing e incluso un par de magníficas obras de Powell y Pressburger- y hace hincapié en el revival que comienza en los 70 con Walkabout de Nicolas Roeg y Wake in Fright de Ted Kotcheff. Estas películas, acuñadas por directores extranjeros –sino o estigma que atraviesa toda la historia del cine australiano- son el mojón inicial del nuevo cine con identidad patria y Esbilla las coloca en el sitial de honor que merecen.

El período que va de 1970 a 1985 condensa un cúmulo de obras magníficas y pone de relieve la voluntad de imponer una conciencia nacional, una cosmovisión nativa y una estética propia.

Señalamos la punta del iceberg, algunas películas notables atravesadas por este haz temático: la anteriormente citada Wake in Fright, Picnic en las rocas colgantes de Peter Weir, Summerfield de Ken Hannam –una maravilla que desconocíamos y que se puede vincular temáticamente a la fabulosa y esotérica El hombre de mimbre de Robin Hardy- o Largo fin de semana de Colin Eggleston. Es la época de los grandes nombres que tendrán proyección internacional: Peter Weir, Bruce Beresford, Fred Schepisi, George Miller, Russell Mulcahy, Phillip Noyce. Quienes sólo conocen sus películas americanas se pierden lo más sustancial de sus obras.

El cine australiano escamotea mucho más de lo que evidencia, que no es sólo un pequeño grupo de nombres prestigiosos cooptado –como siempre sucede- por Hollywood y que es una cantera que esconde cientos de maravillas por descubrir que abarcan los géneros más inesperados: la comedia juvenil, el punk, el melodrama, el musical o el western, dentro de muchas e  inesperadas sorpresas.



Cine de Argentina

La historia del cine argentino se inicia con la primera exhibición cinematográfica, con vistas de los Lumiére, el 18 de Julio de 1896. En 1894 había llegado el kinetoscopio y, a comienzos de 1896, un concesionario de kinetoscopios había experimentado proyecciones públicas con un aparato de su invención.
Eugene Py, se convirtió en el primer realizador y camarógrafo con el corto La Bandera Argentina. En 1898, filmando sus propias operaciones quirúrgicas, el doctor Alejandro Posadas inició el cine quirúrgico. En 1900 aparecieron las primeras salas específicamente dedicadas al cine, y los primeros noticieros. La verdadera industria surgió con el cine sonoro, en 1933. Casi al mismo tiempo nació Argentina Sono Film, con Tango (1933) dirigida por Luis Moglia Barth. En 1938 ya existían 29 galerías de filmación, aunque de equipamiento todavía precario. Los principales realizadores eran: El prolífico Moglia Barth, el más prometedor y hábil Manuel Romero, realizador de películas como:  La Muchachada de a bordo (1936); La muchacha del circo (1937) y Fuera de la ley (1937), y La vida es un tango (1939), entre otros.

Tres hechos clave de los años ’40 fueron:
En primer término, la formación de la cooperativa Artistas Argentinos Asociados, con buena parte de la “intelligentzia” de la época. En segundo lugar, la crisis por falta de película virgen (consecuencia de la neutralidad argentina durante la segunda guerra mundial). Y en tercer término, la creciente intervención del Estado desde 1944. Con el tiempo, esto se traduciría en formas de censura, listas negras, reparto discrecional de película virgen y créditos blandos que sólo beneficiaron a los comerciantes de ocasión.





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